nstituciones Penitenciarias justifica el cierre por las obsoletas medidas de seguridad que tiene el penal alicantino y opta por llevarlos a centros más modernos

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ­La dirección de la prisión alicantina de Fontcalent planea suprimir uno de sus módulos destinados a presos peligrosos y destinarlos a otras cárceles más modernas y con mejores sistemas de seguridad, según confirmaron a este diario fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. La intención del centro es reconvertir el llamado Módulo 6 de la prisión en un módulo de respeto, un espacio donde los internos se comprometen a cumplir una serie de tareas, organizados como una pequeña comuna, al margen del resto del centro penitenciario y en un régimen menos severo que el que pueda haber en la prisión.

Por estos espacios han llegado a pasar algunos de los políticos que han ingresado en prisión en la Comunidad Valenciana, como el exalcalde de Pego, Carlos Pascual, o el exconseller Luis Fernando Cartagena, cuando ingresaron en la cárcel de Villena. La medida coincide con un momento en que varios juzgados mantienen abiertas numerosas causas penales por presuntos casos de corrupción, tanto a políticos como a directivos de banca. En la actualidad, la prisión alicantina ya cuenta con módulos de respeto, por lo que la medida reforzaría la apuesta por este tipo de programas.

El anuncio del desmantelamiento del módulo seis ha levantado la polémica entre el personal de la cárcel, que considera que lo que se persigue es extender la actual línea de recortes por parte del Gobierno a la seguridad en las prisiones. Según la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones, supondrá el convertir este área en un módulo ordinario, extendiendo la masificación que sufre el centro.

La zona afectada está en el edificio en el que se ubican los módulos que albergan a los reclusos más problemáticos de la prisión alicantina. Así, en el módulo cinco se agrupan los presos vinculados al terrorismo o a bandas organizadas; en el seis están los reos en régimen de primer grado penitenciario y que son considerados conflictivos; y hay una última zona que forman las celdas de aislamiento.

El ala del motín
Desde la dirección de Fontcalent se ha planteado el desmantelar uno de estos módulos y trasladar a sus reclusos a otros centros penitenciarios más modernos al considerar que las actuales medidas de seguridad se han quedado obsoletas. Se trata del módulo donde a principios de los 90 se produjo el motín de Fontcalent y por él han pasado tanto reclusos de la banda terrorista ETA como otros internos considerados peligrosos.

En los últimos años, el número de incidentes se ha reducido a cero y en su interior sólo hay hoy destinados una veintena de reclusos. El sindicato teme que el objetivo último sea triplicar la capacidad del módulo, con el riesgo de que éste termine masificado, como otras zonas de Fontcalent.

El delegado sindical de la APFP en este centro penitenciario, Daniel Gil, aseguró a este diario que el número de incidentes en este módulo se ha reducido gracias al trabajo conjunto de un grupo de profesionales que ha logrado que estos internos lleven una «conducta normalizada», una actitud que después no se ha mantenido cuando han sido trasladados a otros centros penitenciarios.

El desmantelamiento del módulo seis supondría recortar funcionarios, así como suprimir el plus de peligrosidad que perciben quienes están allí destinados. Según Gil, el problema también se hará patente cuando alguno de estos peligrosos tenga que ser trasladado a Fontcalent durante los días en los que tenga que afrontar el juicio, «ya que no habrá instalaciones adecuadas para tenerlos encerrados». El resultado final sería que con menos personal tendrían que hacer frente a un módulo masificado, que es precisamente donde están proliferando los incidentes carcelarios en la actualidad.

Desde la Dirección General de Instituciones Penitenciarias se negó que las medidas adoptadas busquen masificar la prisión, dado que las políticas practicadas en el centro han estado orientadas hacia todo lo contrario. En este sentido, explicaron que en noviembre de 2011 la población reclusa del centro penitenciario de Fontcalent era de 977 internos, cifra que se ha reducido este año a 894.

Un sistema por el que han pasado los visitantes ilustres
El exalcalde de Pego, Carlos Pascual, y el exconseller Luis Fernando Cartagena han sido algunos de los políticos que han pasado por los módulos de respeto cuando ingresaron en la prisión de Villena. El primero fue condenado a seis años por delito ecológico en el marjal de Pego y el segundo, a cuatro años por apropiarse de 49.000 euros del dinero de unas monjas cuando era alcalde de Orihuela, aunque la estancia en prisión de este último fue breve. En los módulos de respeto, los reclusos se comprometen a asumir una serie de tareas, que se reparten entre ellos, y trabajan en grupo. El ingreso en ellos es voluntario y se cuenta con la supervisión de los funcionarios del centro. No cumplir las normas conlleva el regreso a un módulo normal de la prisión. Durante su estancia, los presos van a clases, hacen trabajos y se mantienen ocupados. Incluso las puertas de las celdas pueden quedarse abiertas porque se presume de que no hay riesgo de robos.

Fuente: http://www.diarioinformacion.com/alicante/2012/12/17/fontcalent-reduce-modulo-presos-peligrosos-amplia-ocupan-politicos/1325913.html