Garantizar la limpieza de la escalera, hacer frente a la derrama del ascensor o pagar el mantenimiento de la piscina y las zonas ajardinadas nunca ha sido tan difícil como ahora para las comunidades de vecinos, que a día de hoy están con el agua al cuello. Sus apuros se deben al impago de las cuotas por parte de los morosos, en especial por parte de los promotores que no han logrado vender las viviendas.
Los datos del primer informe estadístico del Observatorio de la Morosidad en Comunidades de Propietarios, elaborado por el Colegio Oficial de Administradores de Fincas de la región, confirma que las comunidades de propietarios han acumulado una deuda de más de 375 millones de euros en los últimos dos años –desde 2009 hasta finales de 2011–, y el 30% de ella (112,5 millones) corresponde a las cuotas impagadas por constructores y promotores. Dicho de otro modo, de las cerca de 146.000 comunidades de propietarios que hay en la región, cada una arrastraría, de media, una deuda con la caja común que asciende a 2.568 euros. Y la factura pendiente sube cada día que pasa.
Los morosos van a más
Los administradores de fincas tiene claro que la morosidad va a más cada día que pasa. Si en 2009 este problema afectaba al 15% de las comunidades (algo menos de 22.000), en 2010 ya eran el 20% –unas 29.000– las que sufrían al menos a un mal pagador entre sus vecinos. El año pasado cerró con una cifra que seguía creciendo: 32.120 comunidades (el 22%). Es decir, casi una de cada cinco.
«Los morosos son un cáncer en las comunidades de vecinos, que muchas veces tienden a silenciarlo», explican desde la empresa Communitas.es, especializada en gestión de comunidades.
Sus expertos explican que el primer paso para acabar con esta lacra es hacerlo público en la Junta de Propietarios. «Nuestra experiencia es que el 80% de los morosos pagan cuando ven su nombre y la cantidad que deben en el orden del día. Contra el 20% restante no queda otra que proceder judicialmente», dicen.
Eso sí, el problema añadido para el resto de los vecinos no es solo la deuda y el coste del proceso judicial, sino que para poder seguir teniendo servicios básicos como la limpieza de las zonas comunes, el mantenimiento del ascensor o el portero tienen que pagar más. «Hasta un 40% en muchos casos», dicen los gestores.
Pero el 12% de los morosos no solo son promotores que incumplen con sus obligaciones y acumulan la deuda más cuantiosa. Hay un 40% de morosos –según el Observatorio– que no pagan la comunidad porque tienen que priorizar los pagos. Otro 22% son los que no pagan ni han pagado nunca y en el sector se los conoce como «morosos profesionales». Otro 26% son los propietarios que se han quedado sin recursos para pagar, entre ellos muchas personas desempleadas.
Los administradores aseguran que cuando llaman a los promotores para que se hagan cargo del pago de cuotas o derramas siempre alegan que «antes tienen que hacer frente a los pagos de las hipotecas con los bancos que a otros gastos menores».
Ante la situación, este diario ha intentado, sin éxito, que la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la región (Asprima) diese su versión sobre lo que adeudan a las comunidades de vecinos y cuándo estiman que podrán hacer frente a su pago.
Detonante de conflictos
El impago de cuotas o derramas es la principal preocupación de las comunidades. Más del 82% de las quejas que reciben los administradores son por este motivo. Pero antes de llegar al despacho de los gestores o a las salas de Justicia, la tensión estalla entre los vecinos. Lo saben bien Raquel y Antonio, que, tal y como publicó el lunes 20 minutos, han sido agredidos con un arma de fuego por un vecino que se negaba a pagar la derrama de 150 euros aprobada para pintar la escalera del edificio.
Juan Montes y Raúl Derungs: «Ya no tenemos portero las 24 horas»
Juan y Raúl son presidente y vicepresidente de una comunidad de vecinos de la avenida del Cerro del Águila (San Sebastián de los Reyes) saben bien cómo un promotor puede amargarte la vida. «Somos 416 vecinos y él tiene por lo menos 150 casas», explica el presidente. «Nos debe 300.000 euros y le hemos ganado la primera sentencia por valor de 125.00 euros», cuentan. «El problema es que cada mes que pasa se vuelven a acumular unos 15.000 euros. Y eso tendremos que volver a reclamarlo en los tribunales, más gastos para nosotros», se lamentan.
Este impago les ha ocasionado muchos perjuicios: «Al principio teníamos vigilancia las 24 horas, pero no podemos pagarla y ahora hay portero de ocho a ocho». Además, como él alquila los pisos pero no paga los servicios comunes «tuvimos que instalar un lector magnético de tarjetas para acceder a la piscina» y se plantean «no permitir que sus inquilinos usen el aparcamiento o los espacios comunes», pero son conscientes de que eso genera «muchos conflictos y tensión en el vecindario».
A todos sus problemas se añade otro: «Cuando empezamos a vivir aquí pagábamos 54 euros al mes de comunidad. Ahora, para mantener la limpieza, el ascensor o el portero los que sí pagamos hemos tenido que subir el importe del recibo y estamos haciendo frente a 75 euros mensuales», cuentan
Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1285463/0/deuda/vecindarios/promotores/